63 44 698 44 h.garcia@cop.es

Antes de hacer un informe pericial psicológico sobre una situación de violencia de género es necesario saber a qué se hace referencia cuando en psicología forense se habla de este tipo de violencia, de cara a entender qué se puede esperar y en qué se diferencia de otros informes periciales.

Informes periciales de malos tratos

Desde la psicología forense, la violencia de género es un patrón de maltrato muy específico, por lo que de entrada muchos casos se quedan fuera de ese patrón sin que ello signifique que no se pueda hacer un informe pericial sobre estos casos.

Por un lado, cualquier situación de maltrato físico, psicológico y/o sexual es susceptible de generar un daño psicológico y, por tanto, también es susceptible de ser analizado por un informe pericial psicológico; independientemente de la relación que exista entre la persona que ejerce el maltrato y la persona que lo recibe (pareja, expareja, relación laboral, vecinos, desconocidos…), del sexo de ambas personas, de su orientación sexual o de cualquier otra variable personal.

Por otro lado, una situación de maltrato de un hombre hacia una mujer puede presentar algunas características similares a una violencia de género sin llegar a encajar en ese patrón y no por ello se van a dejar de tener en cuenta esas características en el informe pericial psicológico. Por ejemplo, una situación de acoso sexual en el trabajo de un hombre hacia una mujer, aunque no encaja dentro de las particularidades que se producen en una dinámica de violencia de género, sí se diferencia de otras situaciones de acoso laboral y requiere un informe más específico al tipo de acoso que se está sufriendo.

¿Qué se entiende en psicología forense por violencia de género?

Analizando las formas de violencia en la pareja de forma amplia, la que se conoce como tipología Johnson diferencia entre 5 formas de violencia: violencia coercitiva controladora, resistencia violenta, violencia situacional, violencia controladora mutua y violencia motivada por la separación.

La violencia de género se relaciona con el primero de los tipos de violencia, ya que responde a un patrón violento estable, basado en el control, que se mantiene tras la ruptura de la pareja. Asimismo, se puede definir como un patrón de maltrato continuado de un hombre hacia una mujer en un contexto de pareja o expareja, buscando la dominación y el control. En estos casos, las agresiones físicas son la punta del iceberg, suele ser lo más llamativo y lo que puede llevar a detectar la situación; pero debajo de ello existe un patrón de maltrato psicológico más complejo en el que el control afecta a muchos ámbitos de la vida de la persona: cómo se viste, con qué amistades sale, en qué se gasta el dinero…

¿Qué características tiene una situación de violencia de género?

Una de las características que suele presentar es lo que se conoce como «ciclo de la violencia», que se produce 3 fases:

  1. Acumulación de tensión: se producen desprecios sutiles del agresor hacia la víctima, en muchas ocasiones relacionados con una canalización hacia ella de las emociones negativas que él experimente en su día a día.
  2. Explosión: los desprecios previos se acumulan hasta que acaban derivando en agresiones físicas, psicológicas y/o sexuales; que pueden darse en combinación.
  3. Arrepentimiento: posteriormente, el agresor se comporta de forma amable y cariñosa.

Con el tiempo, la primera y la tercera fase tienden a acortarse, a la vez que se produce una escalada de violencia en la segunda fase en la que el maltrato se vuelve más intenso y frecuente. Por su parte, la víctima tiende a comportarse de forma pasiva en la primera fase, como estrategia de protección; a intentar calmar al agresor en la segunda fase y a entender la relación de forma distorsionada en la tercera fase, imaginando una relación de pareja fuera del maltrato y un proyecto vital viable junto a esa persona.

Dentro de la escalada de violencia, hay que tener en cuenta que las situaciones de violencia de género suelen empezar en fases tempranas de la relación de pareja y mantenerse durante muchos años. Si la violencia más grave se produjese desde un inicio, lo más probable sería que la víctima abandonase la relación de pareja, pero es precisamente el carácter progresivo de esa escalada lo que mantiene a esa víctima dentro de la relación.

¿Tienes más dudas?

Si tras leer este post te quedan dudas sobre tu caso o el de alguna persona que conozcas no dudes en contactarme. En todos los casos realizo una valoración inicial gratuita para comprobar si es factible realizar un informe pericial psicológico o si se podría encontrar otra solución.

Imagen de wirestock en Freepik.