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El acoso sexual en el trabajo es una problemática grave que puede tener consecuencias psicológicas muy importantes para las personas que lo sufren. Es una realidad muy concreta, que se encuentra en medio del acoso sexual y del acoso laboral, por lo que tiene unas características muy específicas que se deben analizar en cada caso.

¿Qué es el acoso sexual en el trabajo?

El Grupo de Estudios Avanzados en Violencia de la Universidad de Barcelona señala 3 características para entender la violencia sexual:

  1. Grado de contacto físico: Es muy común que identifiquemos los casos en los que hay contacto físico (desde tocamientos hasta penetración o introducción de objetos) como violencia sexual, pero es menos común pensar en casos sin contacto físico (e.j.: exhibicionismo).
  2. Nivel de coacción ejercido: Uso de fuerza física, intimidación, chantaje, amenazas… También hay que tener en cuenta los casos en los que no hay consentimiento o no se está en condiciones de darlo y los casos en los que se desconoce estar recibiendo violencia sexual (e.j.: persona que es espiada mientras se cambia de ropa en el vestuario).
  3. Irrelevancia del contexto y de la relación previa entre víctima y agresor: la violencia sexual puede suceder independientemente de estos factores. Por ejemplo, en lo que respecta al acoso sexual en el trabajo, no es necesario que hubiese una buena o mala relación con el autor del acoso para que se pueda considerar como violencia sexual.

Teniendo estas características en mente, el acoso sexual laboral suele producirse con un grado de contacto físico más reducido y un nivel de coacción menos explícito. Por otro lado, para entender concretamente qué sucede en los casos de acoso sexual en el trabajo, las categorías que establece el Ministerio de Igualdad en un protocolo publicado al respecto son muy ilustrativas:

  • Conductas verbales: insinuaciones, comentarios, llamadas, bromas…
  • Conductas no verbales: gestos provocativos, miradas insinuantes, besos al aire, exhibición de fotos…
  • Comportamientos físicos: acercamientos descontextualizados, roces, acorralamientos…
  • Chantaje sexual: se realiza por parte de una persona jerárquicamente superior. Es una elección forzada entre perder beneficios laborales (a nivel de condiciones de trabajo, retribución, promoción…) y acceder a requerimientos sexuales.
  • Acoso sexual ambiental: crear un entorno hostil, degradante u ofensivo hacia una persona, con un carácter sexual

¿Cómo se puede demostrar?

En estos casos, cualquier evidencia escrita va a ser de gran ayuda (correos electrónicos, mensajes, grabaciones, registro de llamadas), al igual que los testimonios de testigos. Además, puede haber imágenes de carácter sexual que se hayan enviado a la persona que sufre el acoso sin que ésta las solicite.

Por otro lado, existe la prueba psicológica, que es muy similar al informe pericial psicológico de acoso laboral (y que desarrollo en profundidad en el enlace asociado). Dado que muchas de las conductas de acoso sexual suceden en momentos en los que no hay testigos y pueden ser negadas o tergiversadas por quien realiza el acoso, el informe pericial resulta muy útil como criterio externo y objetivo, suponiendo un paso más allá de la versión subjetiva de la víctima. En esencia, consiste en evaluar psicológicamente a la víctima del acoso, mostrar qué afectación psicológica tiene, valorar de dónde viene y de dónde no viene esa afectación y determinar si la persona está fingiendo síntomas o no.  Además, a través del informe se analizan los patrones de acoso y se comparan con lo que la bibliografía científica dice que suele suceder en casos de acoso sexual en el trabajo, desde un punto de vista psicológico.

¿Qué se puede hacer ante un caso de acoso sexual en el trabajo?

En cualquier caso, lo primordial es priorizar la salud, ir al médico y comprobar si puedes necesitar una baja laboral y/o tratamiento por parte de profesionales de la psicología y la psiquiatría. Paralelamente, todas las empresas deben tener un protocolo de actuación contra el acoso laboral, que incluye los casos de acoso sexual laboral. Se puede solicitar su activación o pedir asesoramiento a un sindicato sobre cómo llevarlo a cabo. También se puede realizar una denuncia a través de Inspección de Trabajo y Seguridad Social, denunciarlo en comisaría o presentar una demanda en el Juzgado de lo Social; y es sobre todo en estos últimos casos en los que el informe pericial psicológico puede ser de gran ayuda.

¿Tienes más dudas?

Si tras leer este post te quedan dudas sobre tu caso o el de alguna persona que conozcas no dudes en contactarme. En todos los casos realizo una valoración inicial gratuita para comprobar si es factible realizar un informe pericial psicológico o si se podría encontrar otra solución.

Referencias:

Grupo de Estudios Avanzados en Violencia (GEAV) de la Universidad de Barcelona (2020). Análisis empírico integrado y estimación cuantitativa de los comportamientos sexuales violentos (no consentidos) en España.

Ministerio de Igualdad (2021). Protocolo para la prevención y actuación frente al acoso sexual y el acoso por razón de sexo en el ámbito laboral.

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