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Es habitual que a los peritos psicólogos privados nos lleguen personas preguntando qué se puede hacer si un progenitor no consiente la evaluación psicológica de menores de edad. Es un tema complejo y bastante controvertido dentro de la psicología, que explico en 2 entradas de blog: una primera haciendo el análisis desde la psicología y nuestros Colegios Oficiales y esta segunda con el contexto legal y las posibles soluciones a esta situación.

¿Es legal que se haga un informe pericial privado sobre mi hijo/a si yo no estoy de acuerdo?

Generalmente, no. Como señalaba en la otra entrada sobre este tema, aunque quien solicite la evaluación pericial sea sólo una de las figuras parentales es obligatorio informar a la otra y, si este segundo progenitor no consiente la evaluación psicológica, el trabajo pericial se tiene que detener.

Ante estas circunstancias, no se debería llegar a un supuesto en el que se haya hecho un informe pericial a tu hijo/a y no hayas tenido un margen para expresar tu desacuerdo pero, si aun así se ha llegado a esta situación, lo más recomendable es pedir asesoramiento legal. No intervienen únicamente cuestiones de patria potestad, sino también del interés superior del menor y de protección de datos, y es conveniente consultarlo para entender bien qué se puede hacer en cada caso concreto.

Por otro lado, existen excepciones en las que sí se puede evaluar e intervenir con menores sin el consentimiento de uno de los progenitores: cuando la figura parental solicitante sea una mujer que acredite estar atendida en un servicio especializado de violencia de género y cuando se haya condenado o se haya iniciado un procedimiento penal contra un progenitor «por atentar contra la vida, la integridad física, la libertad, la integridad moral o la libertad e indemnidad sexual de los hijos o hijas comunes menores de edad».

¿Qué puedo hacer si el otro progenitor no consiente la evaluación psicológica?

Si entras dentro de las excepciones legales

Como he señalado en el párrafo anterior, en esas excepciones no es necesario el consentimiento del otro progenitor y puedes acudir a cualquier profesional. Eso sí, es necesario informarle de que has solicitado la evaluación pericial.

Si existe un riesgo inmediato para el/la menor

En estos casos también puedes acudir a cualquier profesional. El mayor problema es que desde las periciales privadas es muy difícil hacer esa valoración de riesgo con una parte de la información, por lo que suele ser más recomendable acudir primero a los Servicios Sociales o a tu Centro de Salud, sobre todo si tienen más información sobre la familia. De esta forma se podrá hacer una actuación más urgente.

Si no se da ninguna de las dos condiciones anteriores

En estos casos, como he explicado, acudir a cualquier profesional implica un riesgo importante: si el otro progenitor se niega a la evaluación ésta se va a tener que interrumpir y esa es una sombra que puede seguir al informe pericial durante el proceso judicial (si se han utilizado los medios suficientes para informarle, si se ha dado un margen suficiente para expresar esa negativa, si se negó pero esa respuesta no acabó llegando al profesional que estaba haciendo la evaluación…). Del mismo modo, dependiendo de cada caso habrá otros factores legales que puedan tener ese papel de “sombra” y pongan en riesgo el uso que se pueda hacer del informe pericial.

Teniendo eso en mente, hay que considerar que cualquier evaluación pericial es un esfuerzo económico y emocional muy importante, lo más recomendable es asentarla sobre bases sólidas y evitar riesgos que puedan tirar por tierra todos esos esfuerzos. Además, no podemos olvidar que trabajando con menores realizar varias evaluaciones puede acabar alterando su relato original, por lo que es especialmente importante extremar la cautela para evitar males futuros. Por ello, desde mi perspectiva profesional recomiendo 2 posibilidades para estas situaciones:

  1. Pedir al juzgado que autorice la evaluación psicológica que quieres solicitar. Es un paso previo que puede simplificar completamente todo el camino.
  2. Buscar formas alternativas de elegir perito psicólogo: acudir a los equipos públicos* (menos recomendable en casos de familia según la localidad en la que residas por la saturación de trabajo y retraso en la emisión de informes que suelen tener), solicitar que el juzgado designe a un/a perito, elegir de forma conjunta o a través de abogados un/a perito al azar en función a una búsqueda por Internet o entre las listas de peritos oficiales.

¿Tienes más dudas?

Si tras leer este post te quedan dudas sobre tu caso o el de alguna persona que conozcas no dudes en contactarme. En todos los casos realizo una valoración inicial gratuita para comprobar si es factible realizar un informe pericial psicológico o si se podría encontrar otra solución.